Los Hermanitos Perdidos en el Bosque
Había una vez en un pueblito cerca de la ciudad de Panamá, un par de hermanitos, un niño y una niña. El niño que se llamaba Ricky, era muy callado y cuando hablaba, de su boca solo salía la verdad, nunca mentía, por que pensaba mucho lo que decía. En cambio la niña, de nombre Rossy, hablaba todo el día, lo que se le ocurría, pues en su forma de hablar y hablar, se parecía a una Lora con hambre parada en la cumbre de la rama de un gran árbol de Camoruco (tambièn conocido como el árbol Panamá). En muchas ocasiones se le salían de su boca muchas palabras, que ante la comprensión de los adultos, eran mentiras, puesto que, dentro de su ingenuidad hacía explicaciones tan redundantes, tan ilógicas y tan fantásticas, que en la opinión de la niña decía las cosas con mucha sinceridad. Todo esto la hacían graciosa, cuando defendía su verdad, y por su forma de expresarse y sus reacciones corporales la convertían en una figurita muy linda.
Un domingo se fueron con Papá y Mamá al campo. Al cabo de un rato de tanto correr y jugar se iban internando en le espesura del bosque, pero cuando quisieron retornar a donde estaban sus padres, se dieron cuenta que estaban perdidos. En ese momento, como eran unos niños muy valientes, se dijeron, no nos pongamos a llorar, busquemos con calma el camino correcto. Tomaron su decisión y comenzaron su camino. Al cabo de un buen rato se dieron cuenta que se habían perdido totalmente y que lo único que tenían que hacer era buscar a alguna persona que les ayudara.
Caminaron y caminaron por varias horas, y al fin descubrieron una casita perdida en el bosque. Los niños se pusieron a pensar y a discutir lo que tenían que hacer. En ese momento se le ocurrió a la niña decirle a su hermanito, mira Ricky, como vos nunca mentís, por favor habla por los dos, y así lo hicieron. Se acercaron a la casita y tocaron la puerta, pues de ella salió una señora toda desgreñada y mal vestida y les preguntó que querían, entonces el niño le explicó lo que le ocurría, pues no hallaban que hacer al encontrarse perdidos en el bosque. La anciana no se cansaba de hacerles preguntas y comentar las respuestas de los niños.
Al cabo de varias horas de preguntar y preguntar la anciana a los niños, ésta no se dio cuenta del tiempo perdido. Sucedió que de pronto llegó el esposo de la señora, muy cansado de tanto trabajar, quien desarrollaba su actividad como leñador. El señor con una voz muy fuerte y ronca, le dijo a la señora, vengo con mucha hambre y veo que no tienes servido en el comedor nada de nada y en toda la casa no se siente ningún olor a alimentos. Qué has hecho mujer¡ por que no me tienes nada para calmar mi hambre. Entonces la señora le explica que había trabajado tanto que no le dio tiempo para atenderlo. El niño levantó su manita y volviendo a ver a la señora le dijo, eso no es cierto, usted nos estuvo preguntando miles de cosas que ni le entendíamos, durante toda la tarde. Entonces, cuando la señora se siente descubierta, sale como loca a buscar una gran escoba que tenía en el fondo de su cuarto. Saben para qué? Pues para seguir a escobazos a los niños, como venganza. Los niños horrorizados salieron muy veloces huyendo de la endiablada mujer, y se internaron nuevamente al bosque.
Siguieron su camino durante toda la noche y al comenzar el alba del nuevo día, descubrieron que se estaban acercando a un pequeño pueblo. Al llegar a las primeras casitas, observaron que a lo lejos había un niño, de la comunidad, que estaba cortando muchos trozos de carne de una vaca muerta que tenía tendida en el suelo. La niña se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. El niño más observador que la niña, notó algo raro en los movimientos del niño campesino, pues, separaba los trozos de carne más grande y se los llevaba de regalo al alcalde del pueblo y éste muy jovial siempre le hacía reverencia al darle las gracias por los regalos de carne que le entregaban. Notaste lo que está sucediendo le dijo Ricky a su hermanita Rossy, sí y también hace lo mismo con el resto de los habitantes del pueblo. Está bien no digamos nada sobre lo que vimos. Rossy le vuelve a decir al niño Ricky, hablá por los dos y yo me quedo callada.
Al entrar al pueblo se fueron a saludar al alcalde y hacerle las preguntas de rigor: en qué lugar se encontraban y cómo podían llegar a su pueblo donde los estaban esperando desesperados sus padres. El alcalde puso mucha atención y comenzó a pensar: ¿será cierto lo que me están diciendo? ¿serán espías del alcalde del otro Pueblo? ¿quiénes serán?
Después de pensar tantas interrogantes y la desconfianza que le provocaban los niños, el alcalde infló su pecho sobre Ricky y Rossy y les dijo para impresionarlos, voy a preguntar a los vecinos para que me informen si saben lo que ustedes necesitan conocer, ya que yo soy el hombre más poderoso del pueblo y todos deben guardarme respeto y consideración. El niño levantó su manita, y dijo, señor alcalde usted no es el que manda en este pueblo, el más poderoso es el niño que le regala la carne, lo vimos en que forma se comportaba al darle las gracias por los regalos que recibía. Al verse el alcalde descubierto por Ricky, entró en cólera y buscando una escoba muy grande y pesada que tenía a su alcance, comenzó a correr detrás de los dos hermanitos para golpearlos, lo que no consiguió porque, ellos se internaron nuevamente en la espesura del bosque, encontrándose nuevamente como al principio.
Desconsolados se sentaron en un tronco que estaba cruzado en el camino, y se pusieron a analizar los acontecimientos pasados y llegaron a la conclusión de que la niña iba a hacer las preguntas de rigor y que solo ella era la que le tocaría hablar con todas las personas con las que se encontraran. Después de aclarar la nueva forma de comunicarse con la gente, continuaron su camino pasando por valles y montañas, comiendo de las frutas que iban recorriendo en la vera de los caminos que cruzaban y tomando agua de los ríos en donde también aprovechaban para darse una ducha y permanecer aseados.
Con los pensamientos puestos en sus padres, continuaron avanzando, y al llegar nuevamente la tarde, con los rayos del sol puestos en el ocaso, divisaron una ciudad muy linda, por su riqueza y por los jardines preciosamente decorados y adornados con claveles, jazmines, rosas, gladiolos, margaritas, tulipanes, orquídeas y con fondos artísticamente creados de árboles frutales, entre los que sobresalían, naranjas, bananos, mandarinas, melocotones, limones y un sin fin de plantas ornamentales, que parecía una ciudad bajada del cielo por su esplendor. Las casas por su presencia y sus radiantes colores, así como por su diseño, que más parecían casitas de muñecas le daban a la ciudad una belleza inigualable.
Se encontraron ya entrada la tarde, en la altura de una pequeña montañita, admirando la ciudad, cuando de pronto vieron acercarse a una jovencita muy triste y sumida en sus pensamientos. Los hermanitos que habían notado algo raro en aquella ciudad, saludaron a la muchacha, ¡hola niña buenas tardes¡ ¿cómo está usted?¿por qué se observa tristeza en la ciudad?. Justo en ese momento se desbordó en un llanto descontrolado. ¿qué le pasa? ¿por qué llora tan fuerte? Le continuaron consultando los hermanitos. Entonces la niña comenzó a explicar las causas de aquella tristeza. Continuó en su exposición diciendo: Lo que ha ocurrido en el presente, lo podemos revisar en el pasado. Hace muchos años, época en la cual yo no había nacido, me contaba mi madre que el gobernante actual de esta región, un hombre muy malo y ambicioso, para llegar al puesto actual de gobernante, asesinó al anterior gobernante que era su padre. Tiempo más tarde, siendo ya gobernante, conoció a una mujer mucho más mala que él y se casaron, la boda duró varios días, período en el cual lo visitaron gente de muchos lugares del país, entre ellos la Maga Micayla, quien al conocer a los casados le dijo al gobernador en el oído, mi amigo, cuide su vida porque si a su esposa le sucede algo, usted lo pagaría. Cuídela por Dios y usted vivirá muchísimos años y su gobierno será aclamado por la mayoría de los habitantes de la ciudad y de sus alrededores. ¿ Saben niños lo que acaba de suceder en la ciudad? Pues asústense, la señora se murió hace como tres días y hoy ha sido el entierro. El señor gobernante se encuentra desconsolado y no se cansa de llorar a grito partido la muerte de su esposa.
Los hermanitos estaban con los ojos muy abiertos y no lograban comprender tanta desgracia y tragedia que estaba llegando a esa maravillosa tierra. Como Rossy era la que iba a hablar, riéndose y en son de burla se le ocurrió pensar en voz alta, a esa mujer yo la puedo resucitar, y toda la ciudad volverá a ser feliz. Al oír la muchacha semejante expresión, salió corriendo como loca a casa del gobernante. Entró gritando al palacio y le dijo al señor gobernante, don Eudonio, acabo de conocer una niña que me afirmó que podía resucitar a su amada esposa. Sin pensarlo mandó localizar inmediatamente a esa niña que tenía ese poder de resucitar a las personas. Al cabo de un rato localizaron a Rossy y se la llevaron a la presencia del señor Eudonio, quien le suplicó que le reviviera a su esposa, Bernilda, y que si lo hacía le regalaría la mitad de su fortuna que rondaba los diez millones de dólares. Rossy al recibir semejante propuesta muy valerosa e imprudente, le dijo con aplomo a don Eudonio, deme una pala para desenterrar a la muerta, pero con la salvedad que me ponga una carpa sobre la tumba.
Comenzó Rossy su trabajo, como tenía la carpa totalmente cerrada, solo se oía ruido de la pala que tocaba con la tierra y las piedras junto con palabras que decía en forma incoherente, como si estuviera discutiendo con alguna persona. En esa acción pasó toda la noche. Por la mañana, salió la niña muy cansada y le dijo al Gobernante, vea don Eudonio, no he podido resucitar a nadie, por lo siguiente: Usted cometió el error de enterrar a su esposa junto a su padre. Cuando estaba ya casi resucitada su esposa, se levantó el cadáver de su padre y me ofreció el doble de lo que usted dijo que me daría; con tal de estar vivo, para vengarse de usted de la muerte que le ocasionó. En eso se levantó de su tumba su señora y me dijo, si me resucitas, yo te daría el triple de lo que te ofreció mi marido, para poder acabar con ese sinvergüenza que se casó conmigo para robarse toda mi herencia y mi riqueza, al igual que ese malvado de mi suegro a quien también le causaría una muerte tan atroz como atroz fue lo que hizo con mi familia.
En eso estaba explicando Rossy al gobernador, cuando le saltó la pregunta: ¿qué hago don Eudonio? ¿Resucito a su esposa o a su padre? El gobernante horrorizado por lo que acababa de oir que le dijo la niña, le suplicó; por favor déjalos donde están y yo te daré lo ofrecido con tal de no ver a esas dos personas que tanto me odian. Gracias, muchas gracias mi buena niña el señor Dios te bendiga por siempre.
Al poco tiempo Rossy salió del palacio con una enorme baúl lleno joyas, diamantes y dinero en efectivo que le habían pagado por su trabajo. En la puerta, cual fue su sorpresa al encontrar a Ricky, ¡saben ustedes con quienes¡ ¡Imagínense¡ Con sus padres que anduvieron por la región buscándolos hasta que descubrieron el lugar donde se encontraban.
En estos momentos, los hermanitos y sus padres acaban de comprar una casa muy grande y muy linda donde se encuentran felices soñando para un futuro lleno de colores y con grandes sorpresas agradables.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado……………………..